Seguridad en Invierno: Cómo Aumentar la Precaución al Conducir en Nieve

A medida que los días se acortan y las temperaturas bajan, la probabilidad de conducir bajo condiciones de nieve se incrementa. El invierno introduce en nuestras vías un elemento de riesgo añadido: la nieve. En España, si extiendes tu ruta hacia las montañas o la meseta, las probabilidades de encontrarte con este fenómeno meteorológico son altas. Este artículo te dará recomendaciones sobre cómo aumentar la precaución al conducir en nieve.

La anticipación puede salvarte la vida

La primera lección que debes entender al conducir en nieve es el concepto de anticipación. En condiciones de carreteras mojadas, los frenos pueden no responder de manera inmediata, el tiempo de reacción del vehículo se vuelve más lento. Por lo tanto, necesitas anticipar tus acciones y permitir un espacio extra para cada maniobra.

"Artículo 148 del Código de la Circulación: el conductor (...) debe adaptar la velocidad de su vehículo a las circunstancias del tráfico, del lugar y del tiempo, para poder detenerlo dentro de los límites de su campo de visión y frente a cualquier obstáculo que pueda presentarse."

En función de este artículo y de las condiciones que presenta una carretera con nieve, es ventajoso aumentar la anticipación - por lo menos cuatro o cinco veces superior al de una carretera seca.

Distancia de seguridad, un factor clave

La distancia de seguridad en carretera cubierta de nieve debe ser más grande que en condiciones normales. Este espacio adicional te dará un extra de tiempo para reaccionar ante obstáculos o maniobras de otros conductores.

Según el reglamento general de circulación español, la distancia mínima de seguridad debe ser tal que permita, en caso necesario y sin brusquedad, detenerse sin colisión con el vehículo que preceda en caso de una frenada abrupta.

Ni tan rápido, ni tan lento

Ir demasiado rápido en nieve es peligroso, pero también lo es ir demasiado lento. Un vehículo en movimiento genera el calor necesario para derretir la nieve, permitiendo una mejor tracción. Si vas demasiado despacio, puedes perder esta ventaja. Por otra parte, las altas velocidades bajo estas condiciones pueden llevarte a perder el control de tu vehículo.

Establecer una velocidad constante, adecuada a las circunstancias de la vía y con la que te sientas cómodo, es una regla de oro para una conducción segura en nieve.

Conociendo a tu coche

Finalmente, pero no menos importante, es conocer cómo responde tu coche en la nieve. Saber si tu coche tiene tracción delantera, trasera o en las cuatro ruedas; si cuenta con sistema ABS o control de estabilidad puede ser fundamental para una conducción segura.

Además, es imprescindible conocer el estado de los neumáticos porque son el único punto de contacto con la carretera y su estado influye directamente en la adherencia al asfalto.

Conclusión

La anticipación, la distancia de seguridad, la velocidad adecuada, y el conocimiento que tienes de tu vehículo, son cuatro factores que puedes controlar para mantener una conducción segura en condiciones de nieve. Recuerda siempre que las reglas básicas de conducción en nieve son: no correr, no hacer movimientos bruscos, y aumentar la distancia de seguridad.

"La seguridad vial es responsabilidad de todos".

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